Notó que las bacterias no crecían cerca del moho. La investigación reveló que el moho, el penicillium, podría usarse para combatir los patógenos que causan enfermedades que van desde la neumonía y la difteria hasta la meningitis y la escarlatina. El descubrimiento de Fleming dio origen al campo de los antibióticos y, en última instancia, salvó incontables millones de vidas.
Cuando terminó la prueba, se enteró de que había estado tomando el placebo que contenía glicina.
Algo similar, aunque menos trascendental, ocurrió a principios de la década de 2000 cuando el Grupo Ajinomoto estaba estudiando los efectos fisiológicos de dos aminoácidos. El estudio ciego contó con un grupo de control que recibió un placebo. Ese placebo contenía un tercer aminoácido, la glicina, que se cree que no tiene propiedades especiales. Uno de los investigadores que participaba en el estudio a veces se olvidaba de tomar su dosis por la mañana y en su lugar tomaba dos antes de acostarse.
La experiencia de Morishima también la hizo consciente de la conexión entre la alimentación y la salud.
Nuestros cuerpos contienen más de 100,000 proteínas diferentes, todas ellas compuestas por combinaciones de solo veinte aminoácidos, nueve de los cuales deben obtenerse de los alimentos. Estas proteínas se utilizan para desarrollar músculo a medida que crecemos. "Las proteínas musculares se descomponen y se utilizan para obtener energía", explica Morishima, "por lo que la ingesta de aminoácidos es esencial para reparar los músculos cuando tienen deficiencia de proteínas". Esto también es especialmente importante cuando hacemos ejercicio y a medida que envejecemos.
El poder de los aminoácidos va más allá. Son la base de todas las funciones vitales del cuerpo, incluido el sueño, y mantienen nuestro bienestar físico. “Cuando faltan ciertos aminoácidos o están desequilibrados, esas funciones dejan de funcionar correctamente”, dice Morishima. "Una amplia gama de aminoácidos trabaja para mantener la homeostasis, el estado normal del cuerpo". Algunos también hacen que los alimentos tengan un excelente sabor, lo que garantiza que obtengamos una nutrición adecuada sin la necesidad de mucha sal agregada, algo crucial ya que la ingesta excesiva de sodio es un problema de salud en todo el mundo.
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